Desde hace varios días vengo reflexionando sobre la dinámica en la que se mueve el mundo laboral desde que comenzó la anunciada y ansiada recuperación económica. Hace un par de meses Juan Rosell, presidente de CEOE, declaraba que los contratos indefinidos pasaban a la historia en favor de las relaciones laborales por Proyectos.
Esta afirmación produjo bastantes manifestaciones en contra, con más o menos intensidad y me resistía a pensar que alguien con tanta información cometiera el desatino del que se le acusaba. Por otra parte aparecen estudios sobre los nuevos empleos y se acompañan de consideraciones afirmando que se quedan puestos por cubrir y que existen dificultades en determinadas posiciones y en determinadas circunscripciones geográficas.
Por último, los sucesivos informes sobre empleo nos hablan de cientos de puestos de trabajo creados, del aumento de cotizantes a la Seguridad Social, de la mejora del consumo y demás manifestaciones grandilocuentes que contrastan con las quejas de los Sindicatos sobre la precariedad del empleo, el número de contratos temporales , de las bolsas de desempleo…
En una u otra medida, pienso que en todos hay elementos de razón, lo que me lleva a pensar que el mercado de trabajo se está configurando en torno a cuatro grupos diferenciados.
En el primero estarían los que podríamos denominar de Puerta Giratoria. Corresponde a aquellas personas que entran y salen del Mercado Laboral por razones diversas y en muchos casos de diferente origen. Puede ser que se trate de sectores donde predomina ese tipo de empleos, como es el caso de la hostelería; puede tratarse de empleos que requieran flexibilidad pero no una alta especialización, como son algunas cadenas de producción y turnos; puede ser que se trate de personas que, por propia voluntad, prefieren actividades donde puedan compaginar con otras cuestiones, lo que es igualmente respetable. Parece ser que es en este grupo en el que se concentran un número significativo de nuevos contratos.
El segundo bloque estaría formado por aquellos puestos de trabajo que las Empresas quieren incorporar de manera estable a su estrategia de negocio porque ese Talento es parte imprescindible para llevarla a cabo. En este caso, el nivel de exigencias de conocimientos y de motivaciones por el proyecto, son cada vez mayores, lo que provoca dificultades a la hora de identificar personas en un contexto en el que se pide conocimiento profundo no sólo de la función sino también del sector, además de las cuestiones instrumentales como idiomas.
Esto produce una especie de situación de endogamia que cada vez hace más difícil el trasvase de unos sectores a otros y la consecuencia plasmada en que se quedan puestos sin cubrir o que, si se cubren, a los ojos de algunas Empresas lo hacen de manera deficitaria.
El tercer grupo está constituido en torno a personas con poca o ninguna experiencia. Aquí hay que distinguir aquellas personas que no tienen altos niveles de formación, lo que les hará entrar en el primer grupo, de aquellas que sí tienen un bagaje de formación con la que compensar en alguna medida la falta de experiencia. El mercado va incorporando al empleo, aunque más lentamente de lo que sería deseable, este tipo de trabajadores que puedan desempeñar un puesto y seguir una carrera profesional.
El cuarto grupo lo forman aquellas personas cuyos puestos y/o sectores cayeron con la recesión y no se han vuelto a recuperar. El caso más paradigmático lo constituye la Construcción, sector que acogió profesionales desplazados de otras especialidades y que ahora se encuentran en la tesitura de haber dejado su campo de especialidad y no poder reintegrarse en el que tuvieron después; por ejemplo, muchos Ingenieros de la rama Industrial se incorporaron como Jefes de Obra y ahora no hay trabajo en esa actividad pero tampoco pueden retomar la original.
En este tercer grupo se concentran muchos problemas para encontrar empleo, pero también existen muchas posibilidades para solventar algunas de las dificultades que hay para encontrar los Empleados que algunos sectores buscan. Entiendo que se trata por un lado de Motivación de los Trabajadores que están en esa situación de reorientarse y conseguir las competencias de conocimiento que se requieren, a la vez que los Gobiernos ponen en oferta ese tipo de formaciones, de calidad, ajustadas a la necesidad y con un alto nivel de exigencia en su impartición.
Pero, además, pienso que las Empresas deberían tener la voluntad de dar cabida a ese tipo de trabajadores, a los que ellas van a tener que ultimar su proceso de formación. Es un Compromiso Social con el empleo, pero también será una manera de poder encontrar los Trabajadores que necesitan ahora y en el futuro.
José Luis Morte – Director de RH Asesores Zaragoza