Una nueva filosofía se ha implantado últimamente en nuestra sociedad; la del «día a día», promocionada hasta la extenuación por un famoso entrenador de fútbol, los nuevos gurús de la tribu, los nuevos gestores de grupos humanos, que luego se transforman en consultores empresariales pero que ahora son los líderes grupales más mediáticos y seguidos colectivamente.
El «día a día» como supervivencia frente a un entorno cada vez más competitivo. El culmen fue lo que escuché a un periodista de radio en el último campeonato de Europa de baloncesto: “ hay que ir minuto a minuto”; menos mal que el entrenador y los jugadores debieron pensar que la estrategia para llegar al final como ganadores, iba por otro camino más planificado.
Esa filosofía, evidentemente, no es nueva, desde siempre hemos oído que hay que trabajar con paciencia, buscando el éxito en cada actividad cotidiana para conseguir objetivos más ambiciosos y más a largo plazo.
En el fondo es la esencia de las teorías de los sistemas de calidad, hacer bien cada cosa individualmente para luego alcanzar la excelencia a nivel colectivo. Sin embargo, desde el punto de vista del empleo, esta actitud tiene riesgos que deben ser conocidos para poder evitarlos.
Efectivamente, el «día a día», frente a lo que hemos expuesto más arriba y que es camino de mejora continua, puede suponer pensar solo en sobrevivir al día de hoy y no pensar en lo que pueda venir mañana; esto es especialmente peligroso en coyunturas como la actual en la que el puesto de trabajo es un bien preciado y por tanto el individuo centra su preocupación en conservarlo «día a día» pero no en mejorar sus prestaciones cada día para alcanzar un futuro mejor.
Y, en materia de empleo, el «día a día» debe ser precisamente eso, desarrollar cada vez mejor nuestras tareas, formarnos cada vez más para nuestro puesto y para nuevas funciones, estar dispuesto a asumir nuevas responsabilidades, incrementar nuestra empleabilidad para crecer laboralmente; en definitiva mejorar día a día frente a sobrevivir «día a día» que parece ser la filosofía defendida por el mediático entrenador al que nos referíamos al principio.
José Luis Morte – Director de RH Asesores Zaragoza